HISTORIA

28.10.2020

CONQUISTA Y COLONIA

Eduardo Mejía en su obra "Formación del Campesinado Vallecaucano" hace referencia al aspecto económico del municipio, los fundamentos para que un hacendado fuese nombrado Alcalde Pedáneo y la importancia que adquiría la región donde se realizaba dicho acto, además de brindarnos información sobre su población (número de habitantes). 

En la obra Historia y Geografía de Tuluá de Joaquín Paredes y Guillermo Martínez hacen referencia al intento de Tuluá por separarse de la provincia de Buga donde incluía a San Pedro con el relato de la Batalla de Los Chancos.

Los historiadores Alonso Valencia Llano y Francisco Zuluaga en su obra Historia Regional del Valle del Cauca, se refieren a los indios Chancos, sus alianzas con otros grupos indígenas y su estado de beligerancia. Nos ofrecen datos de población.

Eduardo López en su manual de los Hechos de Colombia 1926 tomo V nos da algunos datos sobre las haciendas de la región para ese momento y su principal actividad.

En el Centro de Historia "Leonardo Tascón" de Guadalajara de Buga encontramos datos sobre aspectos geográficos, su conformación como parroquia y Viceparroquia, su fundación y creación como partido y su constitución como municipio. 

Otra fuente de gran importancia es la Oficina de Registro e Instrumentos Públicos de Guadalajara de Buga.

Durante el proceso de conquista, lo que se conoce en la actualidad como municipio de San Pedro, formaba parte de la antigua provincia de Buga. Este territorio estuvo ocupado por los indios CHANCOS quienes habitaban las lomas y el llano que llevaba este nombre (el vocablo "CHANCOS", en lengua quiché significa "pequeño ídolo de barro" o también "muslo o pierna"). El autor Jacinto Jijón y Caamaño, al establecer las lengua indígenas de Colombia Andina, establece que "el Chanco" es usado en la cordillera Occidental al este del país de Anserma, en tanto que el "Buga" es hablado en los valles de la cordillera Central situados al sur del territorio Quimbaya, hasta cerca del río Cali.

Respecto a la ubicación de los "Chancos", el antropólogo Carlos A. Rodríguez refiriéndose a las tribus del Chocó dice:

"del territorio de estos, una faja que corría por las más elevadas vertientes chocoanas de la cordillera Occidental, desde el río Garrapatas superior, hasta los nacimientos del Calima, y tal vez hasta el ramal de la cordillera que separa la hoya del Calima, con la del Dagua - río grande. El sector Chanco de más población y único conocido en el siglo XVI era el Sanquinini - Cajamarca - Garrapatas"

Es interesante constatar que el nombre de Chancos ya se conocía en 1561 como encomienda, como lo relata Tulio E. Tascón. 

"El territorio del actual distrito de San Pedro, estaba habitado a la llegada de los españoles por una pequeña tribu de indígenas denominada Los Chancos, establecidos principalmente en el llano de éste nombre y a orillas de la quebrada de Artieta, que hoy comúnmente llamamos San Pedro. Al hacerse la conquista y colonización de la provincia de Buga, en tiempos del gobernador Luis de Guzmán, este dio en encomienda a los indios Chancos al conquistador Don Francisco de Espinosa, que fue, por lo mismo, el primer encomendero de los indios de San Pedro."

El actual municipio de San Pedro, al igual que el resto del departamento durante el siglo XVI sufrió modificaciones en su paisaje; en este espacio de tiempo este territorio lo podemos ubicar en la zona del valle geográfico que sirvió de corredor de comunicaciones entre el sur y el norte del departamento del Valle del Cauca. 

Su territorio formaba parte de la zona de frontera militar de Buga, donde el asedio permanente de los grupos indígenas denominados "Pijaos" no permitió la ocupación de su territorio por parte de los conquistadores sino que se presentó un proceso de resistencia indígena que duró hasta el siglo XVII, razón por la cual el poblamiento de esta región fue dificultosa y tardía.

Posteriormente con el establecimiento de encomiendas por parte del invasor español, se conformaron las primeras estancias, las cuales fueron atacadas permanentemente por los indios sometidos.

Al extenderse la frontera agraria, surge la hacienda, cuya característica es la producción mixta de granos y ganado, propias de las zonas de frontera. 

Algunos integrantes de la comunidad denominada los Chancos estuvieron sometidos al dominio español en el conocido sistema de encomiendas, localizados al noroeste de la ciudad de Cali en el piedemonte de la cordillera Occidental, a su vez el resto de dicho grupo se refugiaba en la parte alta de dicha cordillera, realizando frecuentes asaltos a las estancias y a viajeros que se movilizaban sin escolta adecuada por el corredor geográfico del Valle del Cauca. 

En el año de 1573 los indios Chancos asaltaron estancias y algunos transeúntes en el camino real interrumpiendo las comunicaciones entre Cali y Cartago. Su belicosidad los llevó a asociarse con otros grupos indígenas como los Chocoes, Totumas, Yngaraes y Noamaes que impidieron la conquista y la colonización de los territorios del Chocó; esto hizo que el cabildo de Cali, con presencia del gobernador Pedro Fernández de Busto, se reuniera y declarara prioritario mantener la comunicación por el camino real que une a Cartago con Cali. Pero la actividad militar indígena fue permanente y sólo se presentaron unos pocos períodos de paz.

Solamente en el año de 1665 los capitanes Ambrosio del Castillo y Guzmán Toledo iniciaron una campaña para pacificar a los indios Chancos que se habían sublevado nuevamente, logrando someterlos y sujetarlos en forma definitiva al poderío español.

En 1573 durante el litigio de límites entre Cali y Buga que terminó con la firma del acta de concordia de "Ocache" (actual provincia de Vijes), se menciona la pertenencia de la encomienda de Los Chancos al procurador general Francisco de Espinosa, la cual fue ratificada por el gobernador Pedro Fernández del Busto en 1574.

A su vez el cabildo de Buga, en el año de 1586, en fecha 26 de septiembre, proveyó una estancia en la quebrada de Artieta a Juan de Meza Betanzos, natural de Sevilla, quien después enviudó y se ordenó presbítero y cura doctrinero. Por los servicios prestados en la conquista se le adjudicaron las tierras comprendidas entre las quebradas de Presidente y Todos Santos al presbítero Clementino de Meza y Betanzos, hijo de Don Juan de Meza.

En 1619, Diego de Fuenmayor le vendió a Teresa Alvarez una cuadra de 4 solares de tierra en las estancias de Todos Santos, donde había tenido poblada una estancia, desde la ceja de Montegrande, Todos Santos, el camino real hasta las quebradas del Hormiguero y el Presidente.

Tomando como evidencia los relatos del Doctor Tulio E. Tascón, hacemos una descripción secuencial del proceso de ventas y traspaso de propiedades en lo que hoy conforma el territorio de San Pedro y que en la época colonial hacían parte de los territorios ubicados al norte de la provincia de Buga.El 1 de enero de 1637 se reunió en Buga el cabildo con asistencia del teniente gobernador y justicia mayor, capitán Antonio de Lenis Gamboa, dieron poder sobre las composiciones de tierras a: Pedro Barbosa al capitán Benito Salazar, a Rodrigo Arias y a Blas de Ledesma y el capitán Benito López Mellado al ayudante Diego Marmolejo sobre las tierras de la loma de Las Piedras y las situadas entre las quebradas de Artieta y Todos Santos, pertenecientes a su mujer Doña Luisa de la Espada, quien las heredó de su padre Alonso García de la Espada, y también sobre la estancia propia situada en el llano de Los Chancos; fueron testigos el licenciado Francisco Velázquez, Sebastián Peguero y Juan de Fuenmayor.

Para el año de 1670 Juan Manuel Tenorio vendió a Gabriel Caballero Medrano la cuarta parte del fundo de Todos Santos que hubo del beneficiado Lucas Tovar y Contreras, quien era cura del partido de Tuluá y Chancos.

En el año de 1686, el capitán Jorge Herrera y Gaitán y su mujer Doña Francisca de la Espada le vendieron a Don Pablo Fernández de Piedrahíta un pedazo de tierra "en la estancia que llaman Artieta y puesto de Los Chancos", donde estaba poblado el comprador, el desemboque de la quebrada de Artieta y una loma donde tenía sus casas el licenciado Diego de la Cuesta y de allí cortando derecho por el pie del cerro y una quebrada pequeña.En el año de 1690 el capitán Pedro de Orellana le vendió a Antonio Jaramillo las tierras de El Contadero, comprendidas entre la quebradas de El Presidente y el Chambimbal, situadas al oriente del antiguo camino real.

Posteriormente en el año de 1691 Don Carlos Rengifo Salazar otorgó escritura de venta de un pedazo de tierra en Todos Santos a doña Ana de Argáez, por cuanto había recibido el precio del marido de ésta, ya difunto, Don Antonio Jaramillo de Andrade.En el año de 1695 el capitán Pablo Fernández de Piedrahíta vendió al capitán Jerónimo Lozano la estancia de "Los Chancos" que había comparado al capitán Jorge de Herrera y Gaitán y a su mujer Doña Francisca de la Espada.En el año de 1696 los capitanes Nicolás Ambrosio y Diego Silvestre Marmolejo le vendieron a Sebastián de Lemos las tierras de los Chancos, situadas al norte de la quebrada de Artieta, que heredaron de su padre Diego Marmolejo.En el año de 1700 ejerció las funciones de cura doctrinero en los partidos de Zabaleta, Tuluá y Chancos el licenciado Lucas Tovar y Contreras, lo que indica que para esta época y en este territorio habían indios en encomienda.

Ya para el año de 1703 Don Primo Feliciano de Porras Escobedo, le vendió a Don Pedro Fernández de Bejarano el derecho de tierras de los Chancos, situadas entre la quebrada de Artieta y el río Tuluá. En el año de 1709 el capitán Cristóbal Manuel de Salazar Santacruz le vendió al maestre de campo Nicolás Lozano Santacruz las haciendas de los Chancos con 6.548 reses, 435 yeguas, 43 caballos. El maestre de campo Nicolás Lozano Santacruz en 1711 le vendió a Manuel Vaca dos partes de tierra de la estancia "El Piñón" que había comprado al capitán Cristóbal Manuel Salazar Santacruz, contíguas a la quebrada de Artieta; la otra parte perteneció al capitán Nicolás Marmolejo de Caicedo.

Para el año de 1721 se realizó en el segundo partido un inventario de haciendas con sus animales, en el cual se incluyen los correspondientes a San Pedro:En 1733 figura como sacerdote Francisco Javier de Rojas y Borja, quien a su vez era abogado de la Real Audiencia de Quito, teniente de cura en la Viceparroquia de San Pedro de Chancos (Santa Ana) lo anterior indica que había un pequeño poblado o una zona habitada en esta región, la cual se convertiría en sede del primer alcalde pedáneo en años posteriores.Debido al crecido número de habitantes de la región, el cabildo se vio obligado a dividir su jurisdicción en partidos con su respectivo alcalde, partidario o pedáneo para la administración de justicia en zonas donde la población iba aumentando y no era posible controlar desde la ciudad.El alcalde pedáneo era escogido entre los hacendados de la región y nombrado por el cabildo. Al obtenerse la denominación de partido, un sitio adquiría cierta autonomía en el manejo de sus actos administrativos y judiciales, reconociéndose por derecho la existencia de las comunidades y la posibilidad de autoreconocerse como miembros de ella a todos sus habitantes: hacendados, pequeños propietarios, pobladores pobres, agregados, arrendatarios y esclavos.Don Juan de Herrera Gaitan construyó en la hacienda de San Pedro, que fue propiedad de los herederos del general Miguel Montoya, habiendo sido antes propiedad del General Eliseo Payán, personaje de la historia, por haber sido, por un corto tiempo, Presidente de la República, como veníamos refiriéndonos; en esta hacienda fue construida una capilla, la que más tarde se llamó Viceparroquia de Tuluá, esta primer capilla era de techo pajizo, allí se reunían los pobladores para escuchar la misa los días de fiesta y asistir a los demás oficios religiosos. Dicha capilla fue reconstruida posteriormente por los señores José Chacón, Miguel de Medina, Antonio Jaramillo, Joséf Nicolás Gil, Miguel Jerónimo de Victoria y Juan Pablo de Tascón entre otros. 

Teniendo en cuenta los aspectos anteriores, acontece que el 26 de enero de 1796, el padre de menores José Vicente Serrano quién era hijo del español don Vicente Sánchez Serrano y doña Josefa de la Quintana y Holguín, pidió el establecimiento de dos jueces partidarios en Llanogrande y Tuluá, en atención al crecido número sus de habitantes y así lo acordó el cabildo de Buga, nombrando alcalde para las inmediaciones de Llanogrande (en Pantanillo) a don Juan Emigdio Gil de Tejada, y para las inmediaciones de Tuluá (en los Chancos) a Don José de Victoria, a quien se debe considerar como el primer alcalde pedáneo de lo que hoy es el Municipio de San Pedro


En el año de 1825 la territoriedad de San Pedro es elevada a la categoría de distrito y lo sigue siendo por varios años bajo la municipalidad de Buga, hasta que por decreto No. 115 del 20 de enero de 1888 lo suprime la gobernación del Cauca; dicho decreto aparece firmado por Don Juan de Dios Ulloa como gobernador y por el Doctor Pedro Antonio Molina, como secretario de gobierno. Pero, la ordenanza 33 de 1892 le restableció la categoría de distrito. 

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